domingo, 4 de marzo de 2012

Miami

Siempre había creído que me encantaba cocinar. Pues he descubierto que no. Luego de estar un mes viviendo en Miami de los tres que me tocan y tener que cocinar para sobrevivir, ya no tiene gracia. Así que el amor se ha ido de mi cocina y el Windixie de la esquina se ha convertido en mi nueva Doña Adalgisa.

Ah, que falta me hace Doña Adalgisa...Y Junior, el muchacho del colmado. Pensé que me haría más falta mi familia, mis amigos. Resulta que lo que más extraño es la comida lista, el colmado en la esquina y el salón. Así que Quisqueyanos aprecien esas nimiedades, que son un lujo tercermundista.